Día internacional de la juventud
El 17 de diciembre de 1999, la Asamblea General de las Naciones Unidas declaró al 12 de agosto como el Día Internacional de la Juventud. Desde entonces, se conmemora cada año para recordar la relevancia de la juventud en la humanidad.
El Día Internacional de la Juventud 2012 ofrece una oportunidad para responder a las peticiones de las organizaciones de jóvenes y de los Estados Miembros de la ONU. Este año las acciones se han enfocado en: La construcción de un mundo mejor.
Actualmente en México, se presenta el mayor número de jóvenes de la historia. En nuestro país residen 20.9 millones de jóvenes entre 15 y 24 años de edad, de los cuales, 11 millones son adolescentes (15 a 19 años) y 9.9 millones son adultos jóvenes (20 a 24 años). Es decir, que la población juvenil en México representa cerca de la quinta parte de la población total.
Desatender a un sector de la sociedad con tanto potencial es un desperdicio que podría perjudicar la estabilidad social, ya que los jóvenes son el motor del desarrollo. Si bien, en años recientes el acceso a la salud reproductiva ha tenido avances, hay que señalar que siguen existiendo estancamientos y retrocesos, entre ellos la cobertura de anticonceptivos, la falta de visión integral en contenidos sobre sexualidad en los programas escolares, carencia de campañas informativas hacia este sector y escasos resultados en la disminución del embarazo adolescente, aspectos que deben ser prioridad para la siguiente administración federal.
Y es que según datos del UNFPA México, se estima que en el país el 24 por ciento de los jóvenes tiene una demanda insatisfecha en servicios de salud reproductiva. Otra problemática que afecta no sólo a México, sino a toda América Latina, es la pobreza. El abandono escolar, la difícil inserción en el mercado laboral, los bajos salarios y las desigualdades son factores que contribuyen a mantener un número importante de jóvenes en condiciones de vulnerabilidad.
Estos retos, aún sin resolver, deben motivarnos a seguir trabajando todos los días en nuestros distintos ámbitos hasta lograr que toda la juventud pueda acceder a una vida con iguales oportunidades y libre de violencia. Cuando las y los jóvenes puedan tomar decisiones libres, informadas y responsables en todas las esferas de su vida; incluidos el matrimonio, así como el número y espaciamiento de sus hijos o hijas, podrán desarrollar plenamente su potencial y contribuir más al desarrollo de sus comunidades y naciones.
El trabajo con y para la juventud es un reto cotidiano que debemos enfrentar con entusiasmo y creatividad y de esta forma asegurar un mejor futuro para las generaciones venideras.
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